A PROPÓSITO DE LOS RECONOCIMIENTOS PALAS ATENEA 2013

(Una historia desgranada por Lidia Rissotto)

En tiempos mitológicos de la cultura griega antigua, cuando los dioses representaban todas las virtudes, los defectos, las pasiones de los seres humanos, brillaba Palas Atenea.

A ella se le atribuye la invención del arado, de los números, del carro, de la navegación, entre tantos otros, que no eran fruto de una inspirada improvisación sino que requerían una actitud reflexiva.

¿Qué encontraría Palas Atenea de sí misma, si esta noche descendiera del Olimpo y estuviera entre nosotros, ella, que fue protectora de ciudades como Atenas y como Esparta?

Se encontraría con mujeres que, estrategas como ella, también protegen ya no a ciudades en este mundo complejo que compartimos, sino a quienes están en situacione

s de crisis o de catástrofe, como María Cristina Sáenz,  o mediante la educación a mujeres privadas de la libertad, como Verónica Bozzo.

Vería Palas Atenea que su condición de protectora de los niños, otro de sus atributos, está esta noche representada por dos mujeres, nada menos que Pura Abad, fundadora del Hogar Betania donde encontraron un lugar de promoción niños con capacidades diferentes. Y nada menos que la recordada Antonieta Zuccatti por su acción a través de PROAM, el hogar que ella fundó para cobijar a  madres niñas.

Protectora de las artes, a Palas Atenea se le atribuye la creación de la flauta y de la trompeta; fue también una hábil tejedora y realizó una escultura para perpetuar la memoria de una mujer a la que había herido con su lanza. Hoy dos artistas nos invitan a vincularnos una, María Laura Fadul, con el difuso universo de los recuerdos mediante su pintura; y otra, Patricia Simek, con los valores perpetuos de la sociedad a través de una obra monumental en la que resalta un arraigo social profundo.

Diosa del cielo claro y el aire puro que otorga salud y aleja la enfermedad, la llamaron, pero creo que a Palas Atenea no se le escapaba que la salud necesita de otras cosas además del aire puro. Para que la ciudad tuviera sombra, madera y frutos, le regaló a Atenas un olivo, epitome en nuestros días de una buena alimentación. Podría quizás la diosa conversar con Myriam Kurganoff sobre las virtudes del olivo, entre otros temas,  y con Alejandra Gulla compartir experiencias sobre cómo entrenarse para mantener su cuerpo saludable y la mente ágil.

Como corresponde a una diosa griega defendía con fervor su condición de virgen, fervor que hoy refleja María Eva Sáenz al defender la dignidad y la integridad de mujeres expuestas a la violencia. Y seguramente valoraría también, en tanto defensora de la prosperidad interna del estado, protectora de las asambleas populares y deliberativas, la vocación transformadora y política representada por Ana Tranfo.

A diferencia de otros dioses que propiciaban la lucha armada, Palas Atenea era una guerrera que prefería la defensa y la oposición ante las amenazas, un carácter encarnado en María Isabel Rego por su bregar constante contra la droga.

Finalmente, y como sorprendente coincidencia, fue Palas Atenea quien guió a Ulises de regreso a la isla de Itaca, donde lo esperaba su esposa, Penélope, para contenerlo y amarlo como hicieron las novias de los Héroes de Malvinas.

¿Coincidencias? Quién sabe. De lo que podemos estar seguras es de que cada una de nosotras, las mujeres de este remoto rincón del mundo, participa de alguno de los atributos que su tiempo asignó a Palas Atenea, de que, como ella, hilamos y tejemos las redes de nuestra sociedad.