El 21 de mayo de 1903 se inauguró
la FUENTE DE LAS NEREIDAS,
joya porteña creada por la escultora salteña Lola Mora (Prof. Patricia Tatavitto)
Fuente de las Nereidas
Dolores Mora de Hernández era el nombre verdadero de esta artista. Realizó esta obra en mármol blanco de Carrara en agradecimientos a quienes le dieron la oportunidad por ser becada para perfeccionar su técnica en una de las cunas del arte más importante, Roma. Allí la diseño y esculpió, acompañó las piezas en barco hasta Bs. As., donde las ensambló. Ingenua Lola pensó su emplazamiento en la Plaza de Mayo, pero las esposas de nuestros gobernantes al ver la desnudes femenina cambiaron sus planes.
Hoy la encontramos en la entrada de la Reserva Natural de Costanera Sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Representa a las Nereidas, ninfas del mar con forma de mujer hasta las rodillas desde donde aparecen aletas de pez, sosteniendo una carola de mar que encumbra a Venus, diosa de la belleza y del amor. Es una alegoría del mito grecorromano del nacimiento de la diosa Afrodita o Venus, según el cual este surgimiento se diera de la espuma del mar
Lola Mora esculpiendo
«Cada uno ve en una obra de arte lo que de antemano está en su espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mirada del hombre. Yo no he cruzado el océano con el objeto de ofender el pudor de mi pueblo(…). Lamento profundamente lo que está ocurriendo pero no advierto en estas expresiones de repudio -llamémosle de alguna manera- la voz pura y noble de este pueblo. Y esa es la que me interesaría oir; de él espero el postrer fallo.» Lola Mora
Luego de desistir que fuera emplazada en la Plaza de Mayo, fue colocada en el Paseo de Julio (actual Avenida Leandro N. Alem) en la calle Cangallo (hoy Juan Domingo Perón). A la ceremonia no asistió ninguna mujer.
Caballos
Inspirada en la Fontana de Trevi, la fuente se inicia con una gran valva marina que contiene las masas oceánicas de la que emergen los caballos, representación de los continentes, tratados de ser dominados por los hombres, los tritones.
Titanes
Lola mantuvo esta alegoría en su fuente, con un excelso trabajo.
Pero la presión de las ligas moralistas obligaron a su exilio, en 1918 a orillas del Río de la Plata, donde el tiempo se encargó de rodearla de un exuberante verde, en donde aún permanece.
El grupo escultórico de filiación renacentista y formas y texturas de estilo barroco, con una típica composición espiralada nos obliga a bordearla para recorrerla, mientras que deja una zona informe, le deja la apariencia natural sin trabajar, al estilo de los impresionistas.
Venus resguarda el sueño de Buenos Aires, envuelta del fresco viento que llega desde el río.
Publicado por Patricia Tatavitto en 12:04