Otoño saludable con consejos chinos
MARISA CORTEZ
Salir de la melancolía, desintoxicarse, agregar alimentos clave en la dieta, practicar el desapego y cuidar la piel son las premisas según la medicina china.
El otoño es un desafío para nuestro bienestar, en varios sentidos. Debemos prestar atención al sistema inmunológico si queremos llegar al invierno más protegidos. Hay que adaptarse a los bruscos cambios de clima, los primeros fríos, el viento y la sequedad. Se cae mucho el pelo – para dar lugar a nuevos cabellos- y nos enfrentamos sin anestesia a los kilos que nos trajimos de las vacaciones, cuando la ropa de medio tiempo nos ajusta más de la cuenta…
En lo emocional, el otoño es una época bella y algo triste a la vez. Nos sentimos obligados a abandonar la actitud relajada del verano y ponernos en marcha con el trabajo o el estudio, lo que produce un cruce de sentimientos: hay que dejar atrás el pasado y a la vez revisarlo, el cuerpo tiende a trabajar menos para que la tarea recaiga más en la mente.
Según la mirada holística de la Medicina Tradicional China, un sistema de salud que tiene más de 5.000 años de éxito, si queremos mantenernos sanos en este otoño y llegar mejor al invierno, fijémonos en qué hace la naturaleza: Los árboles se desprenden de sus hojas. Por otra parte, muchas plantas dan sus frutos, que están listos para cosecharse, luego de un crecimiento sostenido.Para estar en concordancia con 
este ritmo natural, el hombre debe hacer lo mismo. Deshacerse de lo que ya ha cumplido su ciclo, cosechar lo obtenido y empezar de nuevo, aunque eso signifique despedirse de algunas cosas.
Los puntos débiles
Para la MTC, el otoño da protagonismo en la salud al pulmón ( así en singular) y al intestino grueso. Claro que según la mirada de esta medicina, el protagonismo no solo es de los órganos en sí, sino además de todo un complejo de funciones y reflejos de estos órganos en el resto del cuerpo, las emociones y la mente.
Uno, el pulmón, es el encargado de aportar oxígeno -combustible esencial del organismo – y de deshacerse del dióxido de carbono. El intestino grueso por su parte es la última línea de la digestión, que separa definitivamente el alimento de la basura. El pulmón controla la piel y el vello corporal, que son sus vías de salida y que también pueden dar pistas si la energía de pulmón está alterada. En suma, esta tríada de órganos es la encargada de la eliminación de residuos, a través de las heces, la exhalación y el sudor.
El elemento ( en MTC, uno de los cinco estados de la energía vital o qi) que se asocia con el otoño es el metal, identificado con el cambio, las reformas, la purificación, la interiorización y la retracción. El yin crece y el yang decrece. Nos da la capacidad de dejar partir, desapegándonos; de terminar el ciclo para renovarnos, de conectarnos con la pena y superarla.
El metal en los tres órganos, piel, pulmón e intestino grueso, representa el proceso de individualización necesario para una relación sana con el exterior. Si el elemento metal está débil y la energía de pulmón e intestino grueso se desequilibran, aparecen estados de tristeza, dificultad para asumir pérdidas y falta de energía en el día a día. En lo físico, podemos encontrarnos con afecciones de garganta o cuerdas vocales, enfermedades respiratorias altas y bajas; desarreglos intestinales, por supuesto; y problemas de piel. como sequedad excesiva, sudoración profusa, eczemas o dermatitis.
La energía defensiva
El pulmón tiene un papel importantísimo en nuestra defensa contra las agresiones externas, lo que en MTC se llama Wei Qi o Qi defensivo.
El Qi, según la teoría de la Medicina China, proviene de la energía de los alimentos que comemos y del aire que respiramos. El bazo, que se encarga energéticamente del transporte y la transformación de los nutrientes en energía utilizable, la dirige al pulmón, que la convierte en Wei Qi y la distribuye por todo el cuerpo, en especial en la piel, nuestra primera barrera de defensa frente a los patógenos externos.
Otra función del Wei Qi es calentar y nutrir los órganos internos, los músculos y la superficie corporal, además de controlar la sudoración para mantener estable nuestra temperatura.
Cuando nuestro Wei Qi se encuentra débil el sistema de defensa no puede reaccionar equilibradamente. Somos más propensos a 
enfermarnos y también a las alergias; podemos tener afecciones en la piel y sudar sin haber hecho esfuerzos.
Para poner en práctica
¿Cómo fortalecer y cuidar la energía defensiva, favorecer la limpieza del organismo y evitar bajones? Una buena vía es la alimentación.
Los cereales integrales proporcionan energía muy regular, sin picos de altas y bajas de glucosa en el organismo. Resultan excelentes para incorporar en este tiempo, sobre todo agregados en sopas calentitas junto a la sana fibra de las verduras. La calabaza o zapallo anco es una de las hortalizas de otoño que más convienen, porque es rica en betacarotenos, sustancias protectoras de la piel y las mucosas.
El ajo es un poderoso limpiador del organismo, colabora en la regulación de la tensión arterial, es antiparasitario y desinfectante. Hay que consumirlo crudo ( dos dientes chicos por día) o en cápsulas. Y por último, las uvas y las manzanas, ricas y accesibles en esta época, se utilizan en desintoxicación, para limpiar los intestinos. Siempre y cuando no las tenga contraindicadas por algún problema de salud, puede consumir 1 kilo de uvas y manzanas– y hasta 2- en 24 horas. Si el exceso de fibras es un inconveniente, puede consumirlas en zumo siempre y cuando pueda hacerlo en casa y tomarlo inmediatamente.
¿Y para salir de la melancolía, la nostalgia y la falta de energías?Antes que nada, establecer buenos ritmos de trabajo y descanso. Para conseguirlo, hay que ejercitar actitudes que tienen que ver con la energía metal: poner límites a la exigencia, pensar antes de actuar y de tomar responsabilidades, saber decir no. También habrá que apelar al desapego, y aceptar naturalmente las pérdidas, como hacen los árboles con sus hojas; evitar actitudes “ retentivas”que sólo nos hacen angustiarnos.
Si la depre asoma, salir de la melancolía con música, buenos amigos, alguna película donde hacer catarsis – ya sea riendo o llorando – y comunicarnos con los demás, mediante nuestra piel, con abrazos y caricias, suele tener efectos milagrosos. Los chinos tienen muy claro que mediante la piel podemos curar la tristeza; incluso el duelo se trata con masajes específicos. El ejercicio aeróbico con adecuada protección en la garganta – punto débil – es muy beneficioso también.
Y por último, toques de suavidad. El otoño trae sequedad, por lo que nuestra piel necesita agua; 
hidratación interna y cremas con sustancias nutritivas y suavizantes. En el rostro, estas son fundamentales, por el viento de esta estación. Podemos favorecer la renovación celular de la piel mediante una exfoliación semanal, en el momento de la ducha, si nos frotamos con una esponja vegetal o un guante de crin todo el cuerpo. En las zonas resecas como codos, pies, rodillas y manos, antes de acostarnos se puede aplicar una crema con manteca de karité, aceite de almendras o de germen de trigo. Así, de paso, será más placentero dar y recibir caricias.
La autora es periodista especializada en medicinas integrativas y terapeuta holística. marisafloresygemas@hotmail.com