Hay un libro estupendo de Xavier Guix que se titula “Ni me explico, ni me entiendes” al que suelo acudir en muchas ocasiones para recordar algunos conceptos básicos y cuya lectura recomiendo encarecidamente…y de ahí hoy el titulo de este artículo… porque lo cierto es que con mucha frecuencia tenemos la sensación de que no nos entienden… o lo que es peor…creemos que nos han entendido y luego descubrimos que nada mas lejos de la realidad… la interpretación había sido otra completamente diferente. ¿Te has planteado alguna vez por qué te pasa esto?…
Parte del reto radica en que parece que creemos que, por el simple hecho de que expliquemos algo la otra persona nos tienen que entender tal y como nosotros lo tenemos estructurado… Una primera toma de conciencia: no es responsabilidad del otro entenderte, sino que es tu responsabilidad hacerte entender.
Hay todo un proceso complejo detrás de un simple acto de comunicación… desde que tú piensas en decir o comunicar algo hasta que la otra persona entiende lo que tú le dices…. hay varios niveles que pueden dar lugar a malentendidos:
” Entre lo que pienso… lo que quiero decir… lo que creo decir… lo que digo….
…. lo que quieres oir… lo que oyes… lo que crees entender…
…y lo que entiendes….
Hay 8 posibilidades de que no te entiendan… ¿Lo habías considerado alguna vez de esta forma?…
Ante esta situación la pregunta es…¿Qué podemos hacer?… La respuesta es simple pero de complicada puesta en marcha… tomar la firme decisión de usar el lenguaje de forma mas consciente y asumir la responsabilidad de hacer lo que esté en tu mano para asegúrate una adecuada comprensión por parte de los otros.
Para llevar esto a cabo debemos tener en cuenta que nosotros hablamos desde nuestra “foto de la realidad” que no tiene por qué coincidir con la “foto de la realidad” de la otra persona… Por ello es importante que tratemos de ponernos siempre en sus zapatos para adaptar nuestro mensaje… NO tienes que cambiar tus “que”(lo que vas a decir) pero si puedes y debes adaptar “tus como” (como lo dices). Aún así … una vez comuniques tu pensamiento o tu demanda… asegúrate de que hubo una adecuada comprensión… ¿Cómo?… Obvio pero a veces no tan simple… ¡Preguntando!... ¿Se te ocurre otra forma de saber si te han entendido?…
Es un mecanismo simple que puedes empezar a practicar desde hoy mismo para comprobar si obtienes resultados diferentes… Entrena antes las diferentes formas en que puedes preguntar al otro sin ofender… entrena las diferentes formas en que puedes expresar tu mismo mensaje y sin más… ponte manos a la obra… Estoy segura que descubrirás un potencial que hasta ahora quizás no habías explotado al 100%.
Begoña Pabón – Mentora y Transformadora de Resultados para Líderes de Éxito