Conversaciones de Coaching y Miedos
Por: Lic. María Esther Antezana (*)
En muchas conversaciones de coaching, noto que las personas siempre tienen ganas de alcanzar un logro y al mismo tiempo mencionan que los paraliza el miedo que sienten para lograrlo. El miedo, tal y como lo define la real academia es una “perturbación del ánimo que se presenta cuando la persona se enfrenta a situaciones de peligro, sean estas de carácter real o imaginario”.
Yo lo entiendo como una dicotomía entre llegar a aquello que sueña y desea el consultante y el miedo que lo paraliza para alcanzarlo. Lo importante es saber que esos miedos están en su mente, son miedos a aspectos irreales, inventos propios de su mente y que sólo están allí, conformado por su propio modelo mental de ver el mundo.
En inteligencia emocional, sabemos que uno de sus componentes, es el autoconocimiento; al reconocer los propios miedos y aquellos aspectos que los pueden provocar, uno se prepara y condiciona porque sabe qué es aquello que dispara ese temor. Por ejemplo, al ver una rata, muchos podrán enfrentarla y otros saldrán corriendo. Al saber cómo vamos a reaccionar, es un signo positivo; se trata de conocer nuestro cuerpo y su probable respuesta.
Entre los pasos a considerar en las conversaciones de coaching, se trata de despejar espacios de ceguera; y eso se logra con tomar conciencia, gestionar los pensamientos limitadores, sentir y actuar sobre eso que lo impide, reconocerlo y avanzar. Para eliminar el miedo es importante comprender cuáles son sus bases, qué lo causa y por qué viene a nuestras vidas; es decir, es necesario tomar conciencia que vivimos y actuamos movidos por el miedo.
Una vez identificado desde donde actuamos y vivimos; una vez conocidas las necesidades y creencias que sustentan nuestros hábitos de actuación, es necesario actuar para modificar el patrón de pensamiento que sostienen nuestros miedos y nos impide generar acciones alternativas. Eso implica muchas veces desarmar el contenido emocional y corporal que tiene para nosotros. Implica ayudar al consultante a localizar qué provoca esas sensaciones físicas del miedo para que pueda volver a fluir. El coaching se dirige a resultados; y lo logra aprovechando la propia reflexión, darse cuenta de qué provoca ese miedo en nosotros y estimula a la persona para que una vez reconocido el qué y el para qué pueda pasar a la acción. La acción implica en muchos casos soltar amarras. Ese soltar es un despegarse de aquellas creencias, costumbres y pensamientos, que quizá sirvieron en su momento pero que ya no sirven, porque nos impiden crecer.
En nuestro mundo interior, descubrir quien somos realmente, es el mejor freno al miedo. Saber qué necesitamos, qué deseamos y cómo alcanzarlo forma parte de nuestro camino. Cuando conectamos con nuestro Yo, generamos la posibilidad de actuar desde una posición auténtica y caminar hacia aquel objetivo que nos brindará felicidad.
(*) Lic. Relaciones Públicas, Lic. Relaciones Laborales, Titular Cátedra Empleo UNLZ, Adjunto Cátedra Formación y Capacitación UNLZ, Mentor Coach.
Contacto:mariaestherantezana@yahoo.com