A veces, la mayoría, los sueños se hacen realidad después de un largo trabajo. Otras, se cumplen en momentos inesperados y parecen una sorpresa.
Pero alguna vez la sorpresa llega sin haber sueños de por medio, sin haber ni siquiera imaginado que algo así podía suceder. Bueno, acaba de pasarme esto último: el Honorable Senado de la Nación me ha otorgado un (cito) “Diploma de Honor por su destacada trayectoria y valioso aporte a la cultura”. Uno tiende a pensar que quizás se trate de un error, ¿un reconocimiento del Senado?, ¿a mí?
Para colmo, el día de la entrega del diploma yo no iba a estar en el país de manera que mi incertidumbre se reforzaba: ver para creer. Por si acaso, les pedí a mi madre que fuera ella representándome para recibirlo y a mi marido y a mi hermana, que también iban a presenciar la ceremonia, que sacaran fotos. Ahora sí saldría de dudas, ya sabemos la importancia de la imagen en nuestra sociedad.
Fui atando cabos lentamente. La SADE, como todo el mundo sabe Sociedad Argentina de Escritores, fue quien propuso al Senado a mujeres de todo el país vinculadas con la literatura, la creación artística, la profesionalización del escritor, la gestión cultural; me consta porque conozco a muchas y se de la entrega y el compromiso que tienen para con su labor.
Me vi reflejada en ellas, no en cuanto a los méritos pero sí en cuanto a la intención de lograr todo aquello buscando siempre además, en mi caso y desde hace más de veinticinco años, espacios en los que los escritores de Lomas de Zamora puedan compartir su obra con la comunidad e invitando a figuras relevantes de la literatura a contarnos sus experiencias.
Sobre mi relación con la escritura solo puedo decir que tuve maestros excepcionales a los que siempre voy a estar agradecida: Syria Poletti, Humberto Costantini, Marta Nos, Juan Carlos Martini Real. Y que también me honra haber recibido la Faja de Honor de la SADE por una colección de cuentos.
Me gusta, me hace feliz, explorar la palabra, buscar su esencia, darle al texto narrativo espesor poético. Esta búsqueda que afortunadamente no concluye es el ámbito, la isla en el universo a los que pertenezco.
Mi emoción y mi agradecimiento al Honorable Senado de la Nación.
Mi emoción, mi agradecimiento y mi corazoncito para la SADE.
Era cierto, lo del diploma, digo: aquí van un par de fotos y algo mas.
Bueno, acaba de pasarme esto último: el Honorable Senado de la Nación me ha otorgado un (cito) “Diploma de Honor por su destacada trayectoria y valioso aporte a la cultura”. Uno tiende a pensar que quizás se trate de un error, ¿un reconocimiento del Senado?, ¿a mí?
Por si acaso, les pedí a mi madre que fuera ella representándome para recibirlo y a mi marido y a mi hermana, que también iban a presenciar la ceremonia, que sacaran fotos. Ahora sí saldría de dudas, ya sabemos la importancia de la imagen en nuestra sociedad.