Integración y Dominio socioemocional
Autor: María Esther Antezana*
El coaching es un proceso de acompañamiento dirigido a extraer y desarrollar los mejores recursos que cada persona posee, dentro de un enfoque no directivo y en un marco de acción. Utiliza para ello un tipo de conversación específica, a través de la cual el coachee -consultante- va encontrando respuestas a su problemática con el apoyo del coach. Esta disciplina cuyo inicio se dirigió en el ámbito deportivo y más tarde en el empresarial, ha ido trascendiendo hacia otros escenarios como el educativo, y por supuesto el social por sus resultados positivos, dando la posibilidad a los profesionales de una nueva herramienta que pudo ser utilizada en sus procesos de intervención. Con la utilización de esta metodología en procesos de coaching, se hace más efectivo el abordaje de actividades formativas, sesiones o intervenciones, integrando las diversas distinciones de la disciplina en los procesos de atención personal, manejando y reconociendo las emociones, los procesos mentales, la identificación de juicios, las creencias limitantes y valores, y por supuesto las capacidades que adquieren las personas que al ser entrenadas, mejoran sus vidas, para hacer más plenas, felices y asertivas.
Quiero comentar una experiencia formativa reciente donde se verificó la movilización de estados de ánimo y emociones. El sábado 14 de julio realicé en mi nuevo espacio de Lomas de Zamora, el taller sobre “Integración y Dominio Socioemocional con Procesos de Coaching”, el mismo fue sumamente intenso, luego de una presentación personal y grupal, se explicó conocimientos básicos de la disciplina de coaching ontológico, hubo muchas preguntas y cuestionamientos dado que la mayoría no tenía conocimientos de la temática. Luego de explicaciones teóricas hicimos un breve paréntesis entre café y redes, pasando a momentos más intensos en donde afloraron emociones fuertes, noté que los participantes concurrieron con ganas de aprender y sentir instancias novedosas, donde pusieron el cuerpo, utilizaron el lenguaje y principalmente sintieron la emoción.
Los participantes se llevaron la distinción de distinguir una emoción de un estado de ánimo y reconocerlo en ellos mismos. Nos basamos en reconocer las seis emociones básicas que son alegría, tristeza, ira, miedo, sorpresa y asco, seguidas con sus derivaciones y tomar conocimiento de los cuatro estados de ánimo, paz, ambición, resignación y resentimiento que aparecen ante un hecho que nos podrá afectar momentáneamente o permanecer en nosotros; como menciona Elena Espinal, las emociones y los estados de ánimo se mezclan y “tiñen mis circunstancias”. Lo malo de estas emociones es que la mayoría de las veces, las mismas no son nuestras. Existen Emociones Morales y Emociones Sociales que generan tristeza y nos cambian el estado de ánimo y es allí donde deberíamos preguntarnos si dicha emoción es nuestra, nos pertenece o nos estamos haciendo cargo de algo que es cultural y tiene historicidad. De estos y otros temas tratamos en el taller con mucha vehemencia por parte de todo el grupo participante.
Entre los comentarios que los participantes aspiraban llevarse del taller, el grupo mencionó “tener nuevas experiencias y conocer en primera persona el entorno del coaching”; otro mencionó “poder tener experiencias compartidas y aprendizajes para poder implementar en su vida personal y laboral”; alguno mencionó “simplemente llevarse un nuevo aprendizaje”; otro dijo querer “llevarse herramientas para mejorar la manera en que se comunica con los demás y métodos para poder superarse día a día” y otros simplemente “mencionaron que vinieron sin expectativa y que deseaba que la actividad lo sorprenda ya que era su primera vez en esta temática”.
La palabra emoción, proviene del verbo latino movere (que significa moverse) más el prefijo “e-“, significando “movimiento hacia”, dando a entender de este modo que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción. Las emociones nos informan de algo que ocurre y nos avisan predisponiéndonos a la acción. Las emociones no son simples manifestaciones de nuestra vida que hay que controlar. Forman parte de otros procesos a los que hay que dedicarle atención. Cuando las emociones se combinan con la razón, nos hacen ser más eficaces aún y colaboran a adaptarnos a nuevos a acontecimientos que aparecen en nuestro círculo de vida constantemente.
Un dato importante es que las emociones se viven en el presente, pero muchas veces están influenciadas por el pasado y asimismo, influyen sobre las decisiones a futuro.
El simple recuerdo, puede generar las emociones. Desde la infancia, podemos decir que se va generando una “memoria emocional”. Y la sumatorias de las experiencias y aprendizajes, van grabando estados emocionales que ante sucesos posteriores pueden llevar a la persona a revivir nuevamente las mismas emociones que vivió en una situación pasada. Por tal motivo, mencionamos que las emociones tienen memoria.
Volviendo al taller, se realizaron tres intervenciones lúdicas en donde interactuaron e integraron sus sensaciones y experiencias personales y las intercomunicaron, fue un momento muy emotivo. Además, en una tercer experiencia de visualización donde el grupo al finalizar pudo expresar su antes y su después; hubo emoción, reflexión y el encuentro del Ser con la capacidad de observarse y Ser observador. Desde mi postura de coach facilitador fue una tarde especial para mí, logrando mi objetivo, por los aprendizajes y herramientas que se llevó cada uno de los participantes, como así también por lo que movilizó a cada integrante. Gracias Tamara, Denice, Sofía, Franco y Jésica por atreverse y estar!.
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*Lic. en Relaciones Públicas, Relaciones Laborales, Titular Cátedra Empleo, Adjunto Cátedra Formación y Desarrollo,
Coach Ontológico Profesional Acreditado
31 julio 2018