El gusano que intenta ser un Dios
“Complejo de Jonás” o el miedo a los propios talentos…preparándonos para el Taller: “Querido Miedo”
Una de los miedos más estructurados que nos causa estar con incertidumbre y percibir creencias limitantes a la hora de iniciar un proyecto que nos tiene como protagonistas absolutos, es el que se conoce como “complejo de Jonás”.
Abraham Maslow es el padre de la psicología humanista y fue él quien acuñó este término para identificar el miedo a nuestra propia grandeza, el sentirnos incapaces o poco merecedores de tener experiencias de vida que desarrollen todo nuestro potencial oculto.
Procrastinamos, cuando la decisión y el papel protagónico están en una misma persona: uno mismo. Las Sagradas Escrituras dicen que Jonás tenía un mensaje de Dios muy importante para comunicar en la ciudad de Ninive. Iba a ser el mensajero entre Dios y la humanidad y no se sentía merecedor ni capacitado para semejante responsabilidad. Su actitud, manifiesta en quedarse congelado por la impresión de lo sucedido y la descalificación que tenía sobre su propia imagen, lo llevaba a preguntarse por qué el elegido era él; cuando debía haberse preguntado: ¿Por qué no? O en todo caso: ¿Para qué?
Debido a la falta de actitud y pericia de Jonás, Dios le envió una ballena que se lo tragó durante tres días, para luego vomitarlo. Esa experiencia de alto nivel de pánico dentro del estómago de la ballena, lo llevó a inmediatamente comunicar al pueblo de Ninive el mensaje, tal como le fue encomendado.
Jonás no pudo desarrollar su resiliencia y procrastinó, aunque en este caso lo hizo por el tiempo suficiente, que solo le marcó Dios. Recordemos que la resiliencia es la capacidad que poseemos para saber estar bajo situaciones de presión y superarlas, por actitud y aptitud. La procrastinación, en cambio, es el mecanismo que tiende a dilatar, demorar, retardar o atrasar lo que debemos hacer aquí y ahora.
Maslow asegura que tememos de alcanzar lo mejor y lo peor de nosotros.
“Para algunos, esta evasión del crecimiento personal, estableciendo bajos niveles de aspiración, el miedo a hacer aquello que podemos hacer, la automutilación voluntaria, la seudoestupidez y la falsa modestia son, en realidad, defensas contra los delirios de grandeza, la arrogancia, el orgullo pecaminoso, la hybris. Los hay que son incapaces de conseguir una integración elegante de humildad y orgullo, imprescindible para el trabajo creativo. Para inventar o crear es necesario poseer la «arrogancia de la creatividad» que muchos investigadores han señalado. Pero si únicamente se tiene arrogancia sin humildad, entonces se es un paranoico. Debemos ser conscientes no sólo de las posibilidades divinas en nosotros, sino también de las limitaciones humanas existenciales. Hemos de ser capaces de
reímos a la vez de nosotros mismos y de toda pretensión humana. Si encontramos divertido al gusano que intenta ser
un dios, tal vez nos sea posible continuar en nuestro empeño y ser arrogantes sin temor a la paranoia o a que la desgracia se cierna sobre nosotros. Es una buena técnica.” ( Abraham Maslow).
TALLER «QUERIDO MIEDO»