“Pueblo de la Paz”
El 10 de septiembre de 1861 se promulga la ley que crea el Partido de Lomas de Zamora, comenzando a vivir como municipio
Plaza Grigera
independiente a partir del 1° de enero de 1863 asumiendo como Presidente de la Municipalidad y Juez de Paz, Don Francisco Portela.
La Iglesia estaba bajo la advocación de Nuestra Señora de La Paz, se persistía en llegar a la concordia nacional, las ideas federales o unitarias seguían separando al país y Don Victorio Grigera Casavalle y Francisco Portela Grigera gestionaron la denominación de “Pueblo de la Paz” para el incipiente pueblo, constando en el Archivo de la Nación Documento 23325 de 1864. Para el 9 de junio de ese año se aprueba la traza del pueblo y a la denominación de La Paz para el pueblo cabecera del Partido de Lomas de Zamora.
Para 1869 el Partido contaba con 1.723 habitantes, en 1871 se produce la Epidemia de Fiebre Amarilla en la Ciudad de Buenos Aires y esto provoca la migración de sus habitantes a los suburbios, tanto para el Norte como para el sur de la provincia de Buenos Aires. Este acontecimiento y la gran inmigración recibida en nuestro país dio que en el Censo de 1881 Lomas de Zamora contara con 4.299 habitantes y para 1914 pasado el centenario de la Revolución de Mayo había 59.874. Hoy, según el censo poblacional de 2010, hay 613.192 habitantes, siendo el segundo municipio de la provincia de Buenos Aires con mayor cantidad de personas.
Estación Lomas de Zamora
De la Aldea de chacareros pasó a ser un lugar de descanso “para los ardores estivales” a fines del siglo XIX y principios del XX. Un lugar de quintas, conocida su ciudad cabecera como la Ciudad de las Rosas por su jardines floridos y parques estudiados y cuidados. Los loteos posteriores abrieron calles, las líneas de colectivos empezaron a unir los distintos centros y comenzó a perfilarse como un municipio pujante. Hoy, tiene la mayor cantidad de Monumentos Históricos Nacionales y un Área de Protección Visual pionera en el Mundo, pero mucha de su elegante arquitectura cayó bajo la piqueta demoledora y se elevan en sus terrenos edificios de departamentos que están borrando su memoria histórica, convirtiéndola, por su hibridez, en una ciudad más, donde la memoria de algunos pocos podrán, por poco tiempo, mantener su patrimonio intangible.
Margarita Casas
Museóloga
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