Santa Catalina – Volar en el tiempo
En la vorágine actual pocas veces nos detenemos a mirar qué hay o qué hubo atrás de, arriba de, o cómo era esto o aquello. Vamos por la avenida Gral. Frías donde el tránsito no para, donde esquivar el auto que viene de frente o de la calle lateral es parte del paisaje cotidiano, no miramos más allá de nuestras narices para ver un poco más. Entonces, si perdiéramos un minuto solamente, veríamos que hay zonas en Lomas de Zamora que todavía no fueron invadidas por el cemento. Todavía hay grandes extensiones de campo; sí, de campo, algunos árboles rompen la llanura cubierta de pastos altos y algún arroyo la cruza. A partir de la intersección de Avda. Gral. Frías y Garibaldi comienzan esas grandes superficies hasta que aparecen el portón y los dos pilares que dan entrada al predio de Santa Catalina.
Esta gran extensión de campo lleva su nombre en honor a Santa Catalina de Siena, terciaria de la orden Santo Domingo, debido a que en 1798 la estancia pertenecía a don Bartolomé Seguí, padre de fray Juan José Seguí del Convento de Santo Domingo de Buenos Aires. Pasa tiempo después a ser propiedad de los hermanos Parish Robertson, que trajeron a nuestras tierras a doscientas familias escocesas para trabajar la tierra pública dispuesta en arrendamiento bajo la Ley de Enfiteusis, dictada por Bernardino Rivadavia en 1822. Los terrenos fiscales no se podían vender pues eran la garantía del préstamo otorgado por la Baring Brothers.
Los escoceses llegados a estas tierras eran personas de oficio: había carpinteros, albañiles, herreros, pintores, zapateros, cuidadores de caballos, matarifes, canasteros; había profesionales como arquitectos, agrimensores, médicos, y simples peones y sirvientes. Construyeron en esta colonia 78 casas y trabajaron 16.000 acres con árboles frutales, labores de chacra y pastoreo y se producía, sobre todo, lana de oveja shetland exportada luego a Gran Bretaña. Con los colonos escoceses llegaron adelantos desconocidos como el envasado de la manteca en barriles de medio kilo: hasta entonces el transporte a la ciudad de Buenos Aires se hacía en vejigas de vaca y, por supuesto, con el calor y el movimiento la manteca llegaba rancia. Pero la inestabilidad reinante en nuestro país recién surgido, el desconocimiento del suelo, el clima y la plaga de langostas que asoló los campos, hizo que los colonos se diseminaran por el interior de la provincia de Buenos Aires y la Colonia de Santa Catalina quedara despoblada.
En 1831 Tomas Fair compró la estancia que por varios años y con distintos dueños siguió funcionando como tal. En 1868, siendo el propietario Patricio Boockey, se crea el Instituto Superior Agronómico Veterinario de Santa Catalina, basado en planes de estudios de escuelas europeas. En 1872 se creó la Escuela Práctica de Agricultura para la educación de jóvenes de asilos de huérfanos, iniciándose así los estudios Superiores Agronómicos Veterinarios del país.
Con la fundación de la ciudad de La Plata hubo necesidad de extender las vías del ferrocarril para comunicarse con la zona oeste de la provincia. En 1883 se construyó el ramal entre Haedo y Villa Elisa y se comenzó a prestar servicio al Instituto Agronómico y Veterinario de Santa Catalina, inaugurado en 1886. Ya en el siglo XX, para la década del 30, el edificio central y parte de su parque fueron utilizados para la primera Colonia de Vacaciones de niños carenciados, cuya directora fue Celina Liberanone de Minetto.
Escuché una vez que para conocer un poco cómo fueron en otros tiempos la ciudad, el barrio, la calle donde vivimos, basta con levantar la cabeza y mirar por sobre las marquesinas de los comercios para reencontrar los edificios originales. Pasamos todos los días frente a un predio que alberga 218 años de historia y no lo sabemos: Santa Catalina merece nuestra mirada.
Margarita E. Casas
Transformaciones:
- En 1976-77, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) cede a la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) 45 hectáreas situadas en el cruce entre Ruta N° 4 y la avenida Juan XXIII en Lomas de Zamora, tres cuartas partes del edificio central y el uso de los pabellones del ex-centro de Estudios y Ensayos de Maquinaría Agrícola a la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ .
- En 1983 fue inaugurada la Reserva Micológica Carlos Spegazzini, que cuenta con más de 160 variedades; convenio entre la Municipalidad de Lomas de Zamora y la UNLP.
- En la década del 90 el manejo de la Laguna fue cedido a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Lomas de Zamora; a la Provincia de Buenos Aires se le dieron dos hectáreas para el tratamiento de la drogadicción. Fue vendido a Gas del Estado el terreno que la empresa ocupara previamente.
- A la Municipalidad de Lomas de Zamora fueron cedidos los terrenos ocupados por el obrador sobre la calle Libres del Sur.
- En el 2001 las facultades de Ciencias Agrarias y Forestales y de Ciencias Veterinarias de la UNLP inician un proyecto de producción en Santa Catalina; los campos, maquinarias y personal fueron cedidos por el Instituto Fitotécnico de Santa Catalina.
Declaratorias de Preservación
- El paraje Santa Catalina, su laguna, y su amplio bosque fueron declarados Reserva Natural Provincial del Conurbano Bonaerense, por Ley Provincial Nº 14.294 de septiembre de 2011. También tiene una declaratoria provincial Nº 11.242/1992 con la categoría Sitio Histórico Provincial.
- La Municipalidad de Lomas de Zamora también resguarda un sector de Santa Catalina protegido por Ordenanza Municipal Nº 6561/1992 con la categoría de Reserva Ecológica y Parque Didáctico Santa Catalina.